Este post es de un perfil más reflexivo, ante las repetidas ocasiones que nos hacen la pregunta:
¿Qué es un consultor gastronómico?
Que claro, va de la mano de una infinidad más: ¿En qué consiste tu día a día? ¿Cómo interactúas con tus clientes? ¿Quiénes son tus clientes? ¿Funciona lo que haces?
Porque muchos dicen o piensan, qué guay, qué interesante. Y sí que lo es, fascinante y apasionante también incluiría entre esos comentarios. Pero, ¿de qué va?
Yo con un potente título me atrevo a decir: no somos ni superhéroes ni villanos. No te vamos a rescatar sin que te enteres, te necesitamos involucrado como cliente. Y del otro lado, no vamos a señalar lo que está mal y ya está, queremos lograrlo juntos, queremos que se hagan realidad los objetivos. Somos más bien Robin y tú (cliente) eres Batman.
Por qué si somos un pelín superhéroes:
- Porque siempre salvamos al ciudadano.Sin importar qué, arriesgamos la vida, queremos que tu proyecto salga bien. Y, aunque no debería confesarlo, pasamos muchas, muchas horas en cada proyecto que a veces no cobramos, para que todo salga lo mejor posible.
- Porque volamos para recorrer esa milla extra para llegar a la puerta de tu local. Vamos, estamos contigo, en Europa, África y Antártica si tu concepto lo amerita.
- Porque tenemos (casi, casi) una visión rayos X de los negocios F & B. Qué sí, que todos vamos a restaurantes, que para todos “de fuera” se ve fácil. Pero si no tienes las 52 cartas de la baraja, juegas con desventaja.
Pero no todo es color de rosa. Los consultores gastronómicos somos personajes complejos, digamos que más como Batman.
Por qué tenemos un aire de villanos:
- Porque te vamos a decir lo que haces mal. O en otras palabras más bonitas, te diremos cómo hacerlas mejor. Aunque tampoco puedes no tomar lo que decimos, olvidarte de nuestros consejos, y esperar que todo salga a la perfección. Es por algo que lo hacemos.
- Porque hacemos planes elaborados. Que no queremos pisar a nadie, y mucho menos herir, pero en las grandes historias, los que más planes hacen, sí o sí, son los villanos. Y no es por presumir pero nuestro planes no se parecen a los de Coyote de Looney Toons.
- Porque obtenemos algo de tu éxito. ¿Solo vendes tu alma al diablo y ya está? ¡Noooo! Obtenemos satisfacción de parte del cliente, aumentar nuestra red de contactos y partners, y siempre, con cada proyecto, aprendizaje. Y algunos centavitos para dar de comer al equipo, que si no, no trabajan.
- Porque tenemos risas de villanos, nos reímos de los que lo hacen mal. Y no solo eso, hacemos benchmarking, analizamos sus errores y buscamos mejorar constantemente.
Y aunque son atrevidos cualquier de los dos roles, si aterrizamos, a lo que más nos parecemos es a los aliados. Escenario en el que el cliente es el superhéroe y nosotros, a su lado, logramos la misión.
Por qué lo más realista es que somos tus aliados:
- Porque te vamos a acompañar desde el minuto -1 hasta el final de los finales. Porque una vez que nos ponemos una camiseta, no nos la quitamos. (Excepto cuando un cliente nos la quita, ahí no nos queda de otra) Desde la primera llamada con un lead, nos entusiasmamos por las posibilidades de los proyectos.
- Porque no seremos nunca infieles. No hay 2 proyectos iguales, ni 2 clientes iguales. No volveremos a ver a otros, estaremos completamente contigo sin que otro superhéroe nos pueda seducir con sus superpoderes.Porque si tú triunfas, nosotros triunfamos. Y los logros compartidos, saben mejor, son más “enjoyable”. Por eso hacemos lo que hacemos, porque lo disfrutamos, porque nos involucramos emocionalmente y porque visualizamos un futuro para la industria F & B con vacas felices, pocos villanos que modifiquen genéticamente, y muchos aliados que colaboren a ofrecer experiencias positivas memorables.
Así que, ni una ni otra. Tratamos de hacer lo mejor todas las veces, sin importar lo que el cliente decida, vamos a apoyar y acompañar.
Termino este artículo muy “a nuestro favor” pero cuando te apasiona lo que haces, te desafía a diario y te genera más sonrisas que tensión de hombros, poco malo puedes decir.
