Un argumento bastante polémico que se comenta constantemente dada la preocupación por el medioambiente. No es que haya una respuesta correcta o incorrecta, es tomar en consideración ambos ángulos y considerar qué es lo más viable con tu concepto de negocio o estilo de vida.
El veganismo que no es tan por el planeta
Desayunar tosta de aguacate diario si vives en un país del norte de Europa, no es lo más sostenible que se puede hacer. Muchas veces nuestra comida viaja miles de kilómetros para llegar a nosotros y debemos tomar en consideración esto cuando pensamos en una dieta que mira por el medioambiente. También, mientras más viaja el alimento, su precio tiende a ser más elevado. Sin embargo, la transportación normalmente es el 10% de su coste, así que no es tan impactante como lo pensamos. Esto se debe a que la mayoría se hace por barco y casi nada por avión. Además de que el transporte marítimo emite muchas menos emisiones que el aéreo.
Por el contrario, las emisiones por producción de alimentos provienen principalmente de dos fuentes: el uso de tierra para mantener a los animales y las emisiones de las granjas (de los animales, fertilizantes, comida y maquinaria).
Sin darle muchas vueltas al asunto, al comer alimentos de origen animal exportados, las emisiones y el coste en muy poca parte proviene del transporte, si no más bien de su producción. Por ende, al comer frutas y vegetales locales es como puedes tener el menor impacto al planeta.
Locos por lo local
Además, cabe mencionar algunos otros de los beneficios de comer local (lo que te apetezca) como apoyar a productores locales y promover la economía de proximidad. Lo cual resulta en que estos productores no tengan que asumir gastos o complicaciones de llevar su producto a lejanos destinos.
Otro beneficio es comer más fresco, ya que estos alimentos tienen menos tiempo en conservación y por lo mismo, tienen más nutrientes. El sabor y el color de los ingredientes frescos es irrefutable.
Y finalmente, la temporalidad. Al comprar local, puedes estar más al día en los alimentos de temporada y conocer más ingredientes, nuevas combinaciones y los sabores auténticos de un alimento. Como un tomate en verano o una alcachofa en invierno, los ingredientes tienen su momento y hay que respetarlo para obtener los mejores sabores y texturas.
Contáctanos para que te ayudemos a actualizar tu oferta gastronómica en base a estas tendencias y que tenga el menor impacto al planeta.