Para todo emprendedor que quiere adentrarse en la industria alimentaria con una startup, un paso indispensable es la financiación. Ya que, para desarrollar un producto o servicio se necesita dinero. ¿Cómo? Lee este artículo y tendrás algunas respuestas.
¿Recuerdas ese momento en la secundaria que pasaste de sumar números a ver letras en las matemáticas? Pues al ver I+D+i puedes tener esa misma sensación de ¿Y aquí qué dice?
Esta suma hace referencia a Investigación, Desarrollo e Innovación, que en inglés se traduce a I+D+i. El que solo un nicho de profesionales adentrados en este mundo lo comprenda, hace complicado que aquellos que no lo hagan opten por poner su dinero en ello, o siquiera, averiguar su importancia. Y es que en un mundo digitalmente acelerado y con esfuerzos constantes de sostenibilidad, es el I+D+i lo que nos brindará nuevas soluciones.
En general, la financiación de la I+D+i se puede dividir en dos pilares: la Privada y la Publica.
FINANCIACIÓN PÚBLICA
Dentro de la financiación pública, podemos decir que hay dos caminos:
Primera manera: Ayudas directas
Se gestionan por diversos organismos. Ya que cada vez se está virando más hacia la importancia del I+D+i, hoy hay entes internacionales, nacionales y regionales que ofrecen apoyo. La financiación pública incluye las subvenciones y los créditos o préstamos a tipo 0% o con tipos de interés más bajo que los del banco.
Dentro de las organizaciones internacionales el principal organismo es la Unión Europea. De hecho, los objetivos de la EECTI (Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación) de 2021 a 2027 se alinean con los de la Unión Europea para ofrecer más de 950,000 millones de euros.

En el plano nacional, hay abundantes opciones, lo cual da gusto. En la industria manufacturera, hay ayudas a proyectos industriales de I+D+i por parte del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (MINCOTUR). En 2021 se tenía un presupuesto disponible de 94.000 millones de euros. (80.000 millones en forma de préstamos reembolsables a tipo de interés 0% y 14.000 millones en forma de subvención)
Otros importantes organismos son el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. Tienen un catálogo en el que puedes filtrar por actividad y tipo de ayuda que es muy fácil de navegar.
Hay algunas reglas generales y timings que debes tener en cuenta:
- Se agrupan por temática, pero la I+D+i en el sector alimentario a veces se puede concluir en otra perspectiva: sostenibilidad/salud/clima.
- Los plazos se fijan anualmente, normalmente un proyecto debe presentarse en un plazo de 1 a 3 meses, en función de convocatoria, se resolverá entre 3 meses y 1 año.
- Cada programa tiene una normativa específica, que siempre se publica en la primera convocatoria, da a conocer los requisitos que debes cumplir.
Algunos “insider secrets” que te pasamos desde It’s Enjoyable son:
- Lo perteneciente a la industria alimentaria puede estar englobado en otras categorías como sostenibilidad, clima o salud. Esto da más campo para cobertura de una startup.
- Las ayudas y plazos se fijan anualmente por lo que a inicio de año esto será más ágil, además vale la pena mirar fechas de convocatoria ya que mientras más cercana sea, más pronto se obtiene resolución.
- Las normativas suelen ser muy específicas, revisar al detalle los requisitos para cada convocatoria facilitará futuras etapas.

Segunda manera: Incentivos fiscales (Ayudas indirectas)
Otra manera de obtener financiación pública es a través de los incentivos fiscales. Éstos se consideran ayudas indirectas ya que son una excepción en la que la desgravación adicional permite reducir gastos. Un ejemplo es la “patent box”, una genial iniciativa para impulsar la I+D+i. Este régimen tributario es competitivo a nivel internacional e incentiva la creación de startups y la innovación empresarial. Va directamente relacionada a activos intangibles por lo que la empresa debe ser estructurada desde un inicio considerando las regulaciones de este incentivo.